Tony Dize, “Cada canción representa ese cariño que me ha dado el público”, hablando del Doctorado. + [Video]

¿A quién va dedicada “El Doctorado”?

A las mujeres y a todos aquellos que sufrimos de desamores. Esa canción habla del amor real. Nada material compra la felicidad. Uno Puede tener dinero, carro, casa y no valen nada si no se tiene a esa persona a tu lado. “El Doctorado” le llega a las personas mayores que era adonde yo quería llegar. Esa es la canción favorita de mamá.

¿Cómo se siente al estar en el primer lugar del chart Media Base con ese tema?

Se siente bien. Cada canción representa ese cariño que me ha dado el público. Cuando uno hace las cosas de corazón y las hace bien, no hay de que preocuparse porque lo demás sale. A veces la vida pone barreras, pero yo siempre creí en mí y en la promesa que le dije a mamá: que iba a traerle un disco para que lo enmarcara en la sala, como lo tiene ahora. Soy cada vez más optimista.

¿Cómo es su relación ahora con sus padrinos Wisin y Yandel?

Con los muchachos es otra cosa. Hace tiempo no los veo, están bien ajetreados y viajan mucho. Ya no se puede como antes. Yo también tengo una agenda algo saturada. No nos hemos actualizado. Yo sé que pronto nos vamos a encontrar porque hace falta.

¿Qué trae de nuevo el álbum “La Melodia de la Calle: Updated”?

Tiene mucha variedad. Ahora incluyo merengue, bachata, balada, porque le hacía falta eso a mi show y quería cantarles a todas las edades. Trae “El Doctorado”, “Permitame”, con Yandel, y ” Mi Amor es Pobre” junto a Ken-Y y Arcangel.

“Estar sobre la tarima es un regalo”

Tony Dize, cuyo verdadero nombre es Tony Feliciano Rivera, es un reggaetonero nacido en Boston pero de corazón boricua. Este artista, que también se ha dado a conocer gracias a su seudónimo “la melodia de la calle”, se ubica en el primer lugar del chart Media Base con su tema “El Doctorado”, una canción que toma parte del álbum “La Melodia de la Calle: Updated”.

¿Qué pueden esperar sus fans colombianos de su espectáculo en tarima?

“Un show completo. Estoy ansioso. A mí no me gusta bajarme de la tarima, de verdad. Me tienen que apagar el sonido porque o si no me quedo ahí. Ver a todo el mundo bailando, cantando conmigo, pidiéndome otra y la verdad es una satisfacción. Disfruto cada segundo que Papa Dios me deja vivir. Y cuando estoy en tarima es un regalo. Si yo voy a ser recordado en esta vida, va a ser de esta manera”.